A Hernando Terán, encomendero de Miquias y fundador de Hato viejo, se debe la rica talla del santo que trajo en 1653 de los reinos de España a un costo de 110 pesos de plata. Pagado el costo de la misma pasa al patrimonio local como símbolo de inagotable gracias, con el apodo de canilla lisa. La obra en madera, de unos 80 centímetros, está policromada y sus vestiduras, hoy cubiertas por sucesivos retoques, son doradas al fuego. La bandera en forma de pendón y la aureola fueron realizadas por un orfebre nuestro de nombre Juan Montaña con los milagros anteriores al año 1924. La talla del Santo es obra realizada por un buen imaginero.Según el estudio realizado por Rodolfo Minumboc en Sevilla, corresponde al estilo barroco andaluz predominante en aquel entonces. .
El Señor San Juan Bautista de Carache
“¿Qué salieron a ver el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están. Pero, ¿Qué salieron a ver? ¿A un profeta? Si, se los digo, y más que profeta…Entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el bautista” (Mt. 11:7-11).
Presbítero José Magdaleno Alvares B.
La obra de madera de unos ochenta centímetros esta policromada y sus vestiduras son doradas al fuego. En cambio señala Minumbox, que la aureola y el perdón que hoy le adornan fueron elaboradas por un orfebre criollo de nombre Juan Montaña a comienzos del siglo XIX. Según un estudio realizado por Rodolfo Minumbox la talla del Santo corresponde al estilo barroco andaluz predominante en aquel entonces.
La festividad del patrón se celebra el 24 de Junio con gran pompa y veneración, “a los gastos de esta solemnidad contribuían largamente las rentas de los bienes pertenecientes a la imagen del mismo santo, cuyos detalles constaban en un libro que, como anotamos anteriormente, con este título comenzó a asentarse el 24 de junio del año de 1638 siendo encomendero Don Luis Villegas Gudiño.
El mencionado libro se halla en los archivos de la curia diocesana de Trujillo, con el sugerente título de “documento importante” y ciertamente es de sumo interés para nuestra historia local. En él se anotaron tanto los nombres de los miembros como los bienes de aquella primera cofradía y algunos detalles interesantes sobre los años anteriores. Aquí propongo una sugerencia para una posterior investigación paleográfica: Aparece en dicho libro, pintada mano en trazos o líneas de color rojo claro, un dibujo o retrato de San Juan Bautista. Si ese dibujo data del siglo XVII o fue pintura posterior se podría comprobar con un análisis científico. El San Juan en cuestión de apariencia juvenil, faz redondeada y el agnus del con la banderilla en sus piernas aparece sentado. Si la hipótesis de que se halla pintado en aquellos años es la acertada ¿tendríamos quizá la imagen del primer San Juan venerado por nuestros antepasados?
En todo caso es fecha cierta que en 1653 se funda o legaliza la Hermandad y Cofradía perpetua en honor al Glorioso San Juan Bautista. Las antiguas cofradías coloniales distan mucho de las actuales aunque se conserven ciertas semejanzas. Constituían autenticas instituciones civiles y eclesiásticas. Según el derecho canónico vigente durante la época colonial, una cofradía era una reunión de determinado número de fieles para dedicarse en común al ejercicio de obras piadosas y de caridad… Las cofradías debían tener estatutos aprobados por el Obispo en los cuales se describan sus actividades pías y las obligaciones pecuniarias religiosas de sus miembros. Estas congregaciones solían depender de las contribuciones mensuales de sus cofrades; esta limosna se llamaba cornadillo. Cada miembro recibía una patente, un impreso que haría constar su pertenencia a la cofradía y las obligaciones y derechos que contraía: generalmente una misa y sepultura gratis a su muerte y la concesión de indulgencias. (Cofradías en los pueblos de indios en el México colonial Doroihy Tanck de Estrada, 2002.).
Había por lo general dos clases de cofradías. Algunas eran de tipo eclesiástico, esto es, el sacerdote supervisaba sus actividades y los cofrades participaban en los actos de culto religioso. El segundo tipo de cofradía operaba sin la intervención eficaz del párroco. Consistía en una dotación de ganado o de tierras, supervisada directa o indirectamente por la república, cuyo producto servía para misas durante el año, comprar cera para las ceremonias o contribuir a las fiestas sacras financiadas por las cajas de comunidad. (Cofradías en los pueblos de indios en el México colonial Dorothy Tanck de Estrada, 2002).
Contrariamente a lo que presumía el hermano Nectario (Orígenes de Carache) en cuanto a que los integrantes de la hermandad no fueran indios sino blancos mestizos o pardos, las constituciones de la citada cofradía establecían que la finalidad de la cofradía seria que la loable devoción heredada de padres a hijos, que siempre han tenido los vecinos españoles, y los indios naturales de dicho Valle de Carache y muchos fieles de diversas artes, al glorioso San Juan Bautista, no solo no descanse, antes bien crezca y se aumenten cada día más el numero de sus devotos, en cuya atención se ordena y manda que todos los fieles cristianos hombre y mujeres que quisieran entrar a ser hermanos de esta santa cofradía, sean admitidos a ella, pagando de limosna: los españoles un peso de plata y los indios, mulatos, mestizos y negros, medio peso de dicha plata o frutos que los valgan”.
El mismo documento prescribía igualmente que “de ahora y para siempre jamás la devoción a San Juan se expresaría en las solemnes fiestas religiosas. Estas incluían el canto de la oración de vísperas el día 23, luego el 24 debía cantarse la oración llamada tercia, la misa y la procesión. Al párroco se entregaría la limosna, según la costumbre, de nueve pesos de plata. Igualmente ordenaba que se celebrase misa el 29 de septiembre, día de la degollación del bautista, aplicándola por las intenciones de “esta santa cofradía y se pague por la limosna tres pesos de plata”.
Muy probablemente, y como era entonces y es ahora costumbre de nuestros pueblos, las celebraciones religiosas irían acompañadas de otras actividades más mundanales como comidas, fuegos pirotécnicos, bebidas y hemos de suponer también que apareciera uno que otro desorden el consabido consumo de “bebidas espirituosas”.
La cofradía de San Juan Bautista fue igualmente poseedora de considerables bienes. Al parecer la loma de San Juan lleva este nombre debido a que eran tierras propiedad de la cofradía. “En los inventarios de 1653 y 1799 las riquezas de San Juan Bautista eran cuantiosas, hoy desparecidas, pues con ellas ha arrasado el tiempo, las guerras y los deudores… Relata el artista Minumbox, que uno de esos deudores morosos fue el General Páez, quien tomo en préstamo una considerable suma del tesoro, la cual sería empleada en posibles acciones bélicas, cuenta que sigue esperando por su paga en los amarillentos libros parroquiales del entonces. Afortunadamente para nosotros, se ha salvado, tal vez como único patrimonio, esta venerada imagen, rica obra escultórica de algún maestro español.
En todo caso los archivos históricos todavía aguardan por algún acucioso y paciente investigador que, como el hermano Nectario, Minumbox, Julio Cesar Morales y algunos otros, salen a la luz la abundante gama de acontecimientos que están en la raíz de nuestros orígenes. Por nuestra parte hemos consultado el archivo diocesano en Trujillo que resguarda una considerable cantidad de libros parroquiales fechados desde la primera mitad del siglo XVII hasta mediados del siglo XX. Entre otras fuentes se hallan también los ricos fondos documentales del archivo Arquidiócesis de Caracas, particularmente los libros de la sección “Cuentas y Cofradías”, encontramos la fundación de ellas en pueblos de composición tan indígena como son los de Carache, Casigua, Curarigua, Guaibacoa, Tucupido, Ziruma, etc. Todas las secciones de este archivo contienen, en general, material importante sobre asuntos indígenas.
Aunque faltaría revisar la marcha de la cofradía en el siglo XIX, se sabe por los libros parroquiales que para principios del siglo XX, ya no existía como tal.
Encontramos en el archivo parroquial la relación de actividades eclesiásticas en honor a San Juan en el año 1925, época en que gobernaba Venezuela la mano férrea del benemérito. Describía el recién estrenado Hilarión Núñez que, las encargadas de la imagen de San Juan Bautista eran las hermanas Valecillos. Se celebraba la fiesta solemne al patrono con limosna de los fieles y colaboración del Gobierno Distrital. Se repartían las misas de la siguiente manera, la primera del Gobierno del Distrito, la segunda en el Caserío Santo Domingo, la tercera en las Peñitas y Mogoton y la cuarta en los Salvajes.
Durante décadas y hasta 1967, el año de su fallecimiento, la encargada del Santo fue María Sáez de Sáez Carrillo, esposa del Doctor Carrillo. Ocho días duraba en su casa la imagen del San Juan; allí se le arreglaba en el anda o mesa la imagen con frondosos adornos de flores artificiales. De su casa partía para la iglesia el día 23, en la víspera de la fiesta patronal. Sintiéndose enferma María Sáez escribe a su ahijada Carmen Lola una carta donde le encomienda cuidar a San Juan defendiéndolo hasta con la vida. "
Discurso del Presbítero José Magdaleno Alvares B
¿En qué fecha lagrimó la imagen de la Dolorosa en esa parroquia?
ResponderEliminariknasssi@hotmail.com
.El 1 de abril de 2009 a las 6:30 pm la señora Josefa María Zapata de Benitez como de costumbre fue hasta el templo a elevar sus oraciones y en especial a la virgen la dolirosa a quien manifiesta ser devota destacó la principal testigo " hay milagros y los milagros es o de la madre o del hijo cualquiera de los demás santos yo le estaba rezando a la virgen y pidiendo por todos los que estamos aquí, por la humanidad, cuando me di cuenta que la virgen tenía los ojos húmedos enseguida le bajaron las lágrimas por su rostro , bueno yo seguí rezando con más fe , me encontraba sola en la iglesia y cuando el párroco Francisco Linares regresó de la procesión penitenciaria me le acerqué y le comenté , y se acercó y verificó que era cierto "
EliminarEl pueblo estaba conmovido , en vista de todo lo acontecido en la iglesia de Carache la Diócesis de Trujillo realizaron análisis respectivos en la cuál se ha manifestado fenómeno inexplicable hasta ahora. Este hecho conmovió a la nación debido a la particularidad ; transcurriendo veinte días del hecho en los cuales más de diecisiete mil personas de toda Venezuela y varios extranjeros presenciaron en el rostro de la virgen María bajo la advocación de la Dolorosa y Magdalena en los días santos quienes pudieron observar y reflexionar al respecto.
Muchas gracias. Dios se lo pague.
ResponderEliminarplineando.blogspot.com
La decapitación de San Juan Bautista fue el 29 de agosto, no en septiembre
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